miércoles, 17 de agosto de 2016


CORRUPCIÓN ¿UN PROBLEMA INSALVABLE?

                Todo el mundo alardea de querer atajar la corrupción, pero ¿Realmente quieren? ¿Se están poniendo medidas eficaces para eliminarla? La verdad es que parece que no.
                Es cierto que se habla de arbitrar medidas disuasorias, incluso coercitivas, pero la impresión es que todos los actores políticos se marcan líneas rojas que no manifiestan, y estas,  se centran en la pregunta ¿y si me toca a mí?
                La respuesta a esa pregunta significa que no se llega al final de las medidas que si pudieran ser realmente eficaces, porque los partidos están pensando en las consecuencias de ir más allá de lo que proponen y si ello les puede perjudicar en un futuro y, ahí, es donde ponen la barrera.
                Modestamente, creo que la medida más eficaz que se podría adoptar, sería que cuando un cargo electo esté siendo investigado por un juzgado (antes imputado), automáticamente se le suspende de su cargo y deja de percibir su remuneración, y, por supuesto, no se le puede sustituir por nadie, simplemente el cargo queda vacío y en consecuencia el partido al que pertenece pierde un voto.
                Esta medida, garantiza la presunción de inocencia, porque si finalmente fuera exculpado, se le debería reponer en su puesto con abono de todos los haberes devengados.
                Es decir, que si presumimos que el inicio de acciones judiciales por parte de la judicatura se hace (como creo que se hace) con absoluta independencia, es porque, cuando menos, hay serios indicios de haber cometido una ilegalidad y por lo tanto existe una posibilidad de que el afectado sea condenado y, su suspensión del cargo, en caso de condena, se convertiría en separación definitiva y consecuentemente no percibiría ninguna remuneración atrasada. Obviamente, se debe arbitrar a la justicia de medios suficientes para que sea ágil y no se retrase en el tiempo más allá del mínimo imprescindible.
                Con esta medida tan simple, los propios partidos se preocuparían de establecer mecanismos internos que impidieran acciones ilegales, ya que en ello, les iría incluso una posible pérdida del gobierno o de mayorías y, claro, a eso nadie quiere arriesgarse.
                En la actualidad, lo único que se hace es pedir al afectado su renuncia (voluntaria) al cargo para el cual fue elegido, si éste lo abandona, se le sustituye por otro y el partido afectado se queda como si no hubiera pasado nada y, digo yo, alguna responsabilidad debería tener el propio partido por haberle incluido en sus listas, por ello, perder un voto, si es algo que les puede hacer daño y, claro, le tienen pánico, pero ésta, entiendo, sería la manera más simple y sencilla de restablecer la credibilidad de la ciudadanía con los políticos, hoy por hoy tan denostada.
Doy por supuesto, que es esta una opinión que no va a hacer que cambie nada, pero, de lo que si estoy seguro es que muchos ciudadanos la compartirían y apoyarían, dejémoslo, al menos como: ¡un reto para los que nos gobiernan!

                                                                                                                             Antonio Navarro Bernabé

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