domingo, 4 de noviembre de 2012

NO A LA PRIVATIZACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
 
 
      Siempre me ha llamado la atención oir que hay que privatizar los servicios públicos porque la iniciativa privada es más eficaz, lo que viene a significar un reconocimiento de que las administraciones públicas trabajan mal, pero la corrección de lo que se está haciendo mal, no puede pasar por privatizarlo, ya que ello supone desprenderse la sociedad de servicios básicos para cedérselos a las empresas que, legitimamente, tienen como objetivo la obtención de beneficios y cuanto más mejor.
 
      Esto viene a cuento por el anuncio que ha hecho la Comunidad de Madrid de que ha proyectado privatizar la sanidad pública y para justificarlo plantea que así serán más eficaces. En la Comunidad Valenciana ya se realizaron privatizaciones en este campo, pero la experiencia del hospital de Alzira no ha debido ser muy buena porque no se han planteado repetirla y eso que hay dos hospitales construidos con 120 y 240 camas respectivamente que no se van a poder poner en marcha por falta de recursos económicos, lo que quedaría resuelto con su privatización. Conclusión, solo se privatiza aquello que deja dinero, lo que indudablemente supone un perjuicio para los servicios básicos y para la economía oficial a la que solo se le adjudican los servicios con pérdidas.
 
      Lo más curioso es que la justificación de que la empresa privada es más eficaz es, como decía antes, la declaración de que las administraciones públicas son ineficaces y este reconocimiento expreso debería resolverse en favor de una mejor gestión pública y no de la privatización, es decir, para una administración de cualquier ámbito, las acciones a adoptar no debieran ser privatizar servicios y mucho menos si estos son básicos y necesarios para la sociedad civil, lo que si debería suponer es un cambio en el modelo de gestión para hacerlo más eficaz, más eficiente y más barato.
 
      De como se puede hacer, se me ocurre algo tan simple como utilizar técnicas de gestión privada que funcionan y aplicárlas a la gestión pública, dejar de utilizar las administraciones públicas para enchufar amiguetes que gestionen asuntos de los que no tienen ni idea y buscar a los mejores profesionales para realizar una buena gestión, encaminada a mejorar los servicios que siempre, serán mejores que los ofertados por la empresa privada ya que los beneficios que se obtengan puede revertir en ellos mismos y no en un reparto privado de carácter económico entre los accionistas.
 
      Es verdad que la rigidez del mercado laboral que forman los funcionarios se puede considerar un lastre para la eficacia, pero eso es tan sencillo como aplicar el derecho laboral (Estatuto de los Trabajadores) a todo el mundo, personal laboral y funcionarios, de forma que aquellas personas que no cumplan con su trabajo puedan ser despedidas (éste es siempre el último recurso) y evitar así las que suponen un lastre para la buena gestión.
 
      En cualquier caso y para terminar, solo decir NO a la privatización de servicios básicos y SI a mejorar la gestión de estos servicios mediante la utilización de medios públicos.

sábado, 3 de noviembre de 2012

QUIZÁ MUCHOS DESHAUCIOS SE PUDIERON EVITAR
 
 
      Según lo medios de comunicación, ya van realizados más de 350.000 deshaucios, es decir a más de 350.000 familias se les ha privado la posesión de un bien garantizado por nuestra Constitución, esto es, su vivienda, ello significa centenares de miles de dramas, alrededor de un millón de personas impotentes ante una situación que ellos no han provocado, sentimiento de inseguridad en el futuro, graves problemas psicológicos y absoluta desconfianza en quienes nos gobiernan que nada han hecho por resolver este monumental drama social.
 
      Y lo peor es que los grandes beneficiados de esta catástrofe son ni más ni menos que quienes la han provocado, es decir los bancos. Vendieron y vendieron hipotecas animando a sus clientes a que se endeudaran por encima de sus necesidades, por encima de sus posibilidades y durante demasiado tiempo. Valoraron las propiedades por encima de su valor real y animaron la burbuja inmobiliaria, ahora se están quedando con las viviendas sobre tasaciones muy inferiores a las que ellos mismo realizaron para conceder el crédito y por un 50 ó 60 % de esa última tasación, resultado, las familias a la calle y endeudadas, es decir, se quedan sin vivienda y tienen que seguir pagando. Menuda sociedad estamos haciendo...............
 
      Además, los bancos son a los únicos que se está ayudando a salir de la crisis, algunos hundidos por la utilización partidista e interesada de los propios políticos que hicieron de las cajas de ahorro y algunos bancos su finca particular para invertir en proyectos faraónicos nada rentables y colocar a los amiguetes y "compis" que se habian quedado sin plaza política, así nos ha ido.
 
      Pero a lo que vamos ¿de verdad no se han podido tomar medidas para evitar deshaucios?, perdonen pero no me lo creo, así que permitánme que desde mi ignorancia sugiera alguna idea:
 
* Parte del dinero que se les ha dado a los bancos, se pudo invertir en ayudar a los propietarios de las viviendas que se habían quedado en el paro, por ejemplo, alargando los periodos de pago y aplicando tres o cuatro años de carencia para volver a comenzar a pagar amortizaciones de la deuda, mientras el Estado, con ese dinero que hemos comentado, podía haberse hecho cargo de los intereses de los préstamos, con lo que los bancos no perdían nada y las personas podían conservar sus viviendas. Al final de la hipoteca, podrían devolver esa ayuda incluso pagando un pequeño interés, por ejemplo del 0,50 ó del 1 %.
 
* Para aquellos que por cualquier circunstancia, la opción anterior no se pudiera aplicar, se podría establecer un sistema de alquiler con opción de compra regulado por Ley y en el que no hiciera falta cambiar la titularidad de la propiedad y si permitiera a las familias conservar su vivienda mediante el pago de un alquiler regulado y modesto que, finalmente, y si así lo decidieran, se pudiera convertir en pagos a cuenta de la hipoteca establecida.
 
* Y como no, la dación en pago, se entregaría la vivienda al banco para cancelar la deuda, perdiendo todo lo que hasta ese momento se hubiera pagado, con lo que el banco ganaría la propiedad y todos los pagos que hasta ese momento se hubieran realizado, pudiendo venderla al mejor precio que pudiera conseguir.
 
      No cabe duda de que hay además otras opciones, pero valga de botón de muestra las tres planteadas, lo que, evidentemente hace falta, es por una parte voluntad política para resolver el problema y por otra que los bancos asuman que también tienen responsabilidad con la situación actual y que ello suponga que algo tienen que perder y que no siempre pierdan los mismos, los de abajo.