miércoles, 17 de agosto de 2016


¡ YA SE SABÍA !

            Que la Comunidad Valenciana estaba endeudada hasta límites insostenibles, ya se sabía, que la responsabilidad de tal deuda era de los Presidentes de la Generalitat, los “Muy Honorables” Sres. Zaplana y Camps, un hecho por todos conocido, quizá el volumen real de la deuda y su evolución era menos conocida, pero gracias a los medios de comunicación se tiene constancia del montante a que asciende y de la desorbitada progresión de la misma.
            Cuando el Sr. Zaplana, accedió a la Presidencia de la Generalitat se encontró una deuda de 178 millones de euros que ya nos parecía desorbitada (año 1995), por cierto, recordar que accedió a la misma desde el puesto de Alcalde de Benidorm que consiguió gracias a una tránsfuga (Maruja Sánchez) que le “regaló” la alcaldía apoyando una moción de censura y que en pago de dicho “favor” ha mantenido salario municipal durante muchos años.
            Pues bien, el Sr. Zaplana, cuando dejó la Presidencia, ocho años después, había batido el record situándola en 1.121 millones de euros ¡ahí es nada! pura calderilla.
            A su marcha de la Presidencia, accedió el Sr. Camps que incluso llegó a estar imputado y juzgado, siendo absuelto en un juicio con jurado popular pese a que dos compañeros, admitieron los hechos y fueron condenados por ello. Su gestión nos llevó en el año 2011, a la increíble e inimaginable cifra de 3.506 millones de euros (tradúzcanla a pesetas y verán de que hablamos).
            Pero eso sí, nos dejaron: Terra Mítica, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Ciudad de la Luz, la Fórmula 1 y otras obras faraónicas y eventos  de costes inasumibles, que cuando se ha intentado deshacerse de ellos ha supuesto pérdidas millonarias, recordemos la venta de Terra Mítica que con un coste superior a los 370 millones de euros, fue vendida por 65 millones de euros, es decir, para que lo entendamos mejor, la “maravillosa” obra ha supuesto unas pérdidas superiores a los 50 mil millones de las antiguas pesetas que por supuesto hemos pagado todos los valencianos, por cierto, con ese dinero se podrían haber evitado muchos recortes.
            La realidad es que, la megalomanía de determinados políticos con un inmenso poder y creyendo que podían echar mano de la chequera sin ningún límite, es lo que ha provocado tan descomunal deuda y el agravamiento de la situación de crisis por la que estamos atravesando y que ha dejado en la miseria a numerosas personas, asfixiado a incontables familias y obligado a emigrar a multitud de jóvenes. Maldita la hora en que comenzaron a gobernarnos.

                                                                                                             Antonio Navarro Bernabé

CORRUPCIÓN ¿UN PROBLEMA INSALVABLE?

                Todo el mundo alardea de querer atajar la corrupción, pero ¿Realmente quieren? ¿Se están poniendo medidas eficaces para eliminarla? La verdad es que parece que no.
                Es cierto que se habla de arbitrar medidas disuasorias, incluso coercitivas, pero la impresión es que todos los actores políticos se marcan líneas rojas que no manifiestan, y estas,  se centran en la pregunta ¿y si me toca a mí?
                La respuesta a esa pregunta significa que no se llega al final de las medidas que si pudieran ser realmente eficaces, porque los partidos están pensando en las consecuencias de ir más allá de lo que proponen y si ello les puede perjudicar en un futuro y, ahí, es donde ponen la barrera.
                Modestamente, creo que la medida más eficaz que se podría adoptar, sería que cuando un cargo electo esté siendo investigado por un juzgado (antes imputado), automáticamente se le suspende de su cargo y deja de percibir su remuneración, y, por supuesto, no se le puede sustituir por nadie, simplemente el cargo queda vacío y en consecuencia el partido al que pertenece pierde un voto.
                Esta medida, garantiza la presunción de inocencia, porque si finalmente fuera exculpado, se le debería reponer en su puesto con abono de todos los haberes devengados.
                Es decir, que si presumimos que el inicio de acciones judiciales por parte de la judicatura se hace (como creo que se hace) con absoluta independencia, es porque, cuando menos, hay serios indicios de haber cometido una ilegalidad y por lo tanto existe una posibilidad de que el afectado sea condenado y, su suspensión del cargo, en caso de condena, se convertiría en separación definitiva y consecuentemente no percibiría ninguna remuneración atrasada. Obviamente, se debe arbitrar a la justicia de medios suficientes para que sea ágil y no se retrase en el tiempo más allá del mínimo imprescindible.
                Con esta medida tan simple, los propios partidos se preocuparían de establecer mecanismos internos que impidieran acciones ilegales, ya que en ello, les iría incluso una posible pérdida del gobierno o de mayorías y, claro, a eso nadie quiere arriesgarse.
                En la actualidad, lo único que se hace es pedir al afectado su renuncia (voluntaria) al cargo para el cual fue elegido, si éste lo abandona, se le sustituye por otro y el partido afectado se queda como si no hubiera pasado nada y, digo yo, alguna responsabilidad debería tener el propio partido por haberle incluido en sus listas, por ello, perder un voto, si es algo que les puede hacer daño y, claro, le tienen pánico, pero ésta, entiendo, sería la manera más simple y sencilla de restablecer la credibilidad de la ciudadanía con los políticos, hoy por hoy tan denostada.
Doy por supuesto, que es esta una opinión que no va a hacer que cambie nada, pero, de lo que si estoy seguro es que muchos ciudadanos la compartirían y apoyarían, dejémoslo, al menos como: ¡un reto para los que nos gobiernan!

                                                                                                                             Antonio Navarro Bernabé